La noticia en la que me baso es la siguiente:
https://unric.org/es/hacen-falta-257-anos-para-reducir-la-brecha-salarial-entre-hombres-y-mujeres/
Como vemos en la noticia, las estadísticas no mienten, las mujeres ganan, en promedio, 5.212 euros menos al año que los hombres, lo que representa una brecha salarial del 18.36%; 7 de cada 10 personas que trabajan a tiempo parcial son mujeres; la mayor contratación temporal y a tiempo parcial de mujeres contribuye a su inseguridad económica y a la ampliación de esta brecha. Además a nivel de la Unión Europea, las mujeres directoras ganan un 23% menos que los hombres (Fuente: INE).
Con toda esta información llegamos a las siguientes
conclusiones:
Existen más puestos a jornada parcial ocupados por mujeres que por hombres. Esto se debe a la mayor predisposición del sector femenino a la conciliación familiar y laboral para cuidar a los menores. Como bien sabemos, un trabajo a tiempo parcial supone menor remuneración que una jornada completa. Existe una tendencia generalizada a que las mujeres, en vez de los hombres, renuncien a un puesto de trabajo remunerado para hacerse cargo de los hijos.
Problemas de liderazgo. La cultura empresarial siempre
ha ubicado al sector masculino en mejores posiciones de liderazgo y en los
altos cargos de dirección de las empresas. Aunque estas situaciones son cada
vez menos frecuentes, todavía queda rastro de estas prácticas discriminatorias,
que se ven reflejadas en las compañías.
Es habitual asociar determinados puestos de trabajo de
menor retribución y cualificación a las mujeres, como el cuidado de personas o
el personal de limpieza.
Existencia clara de un techo de cristal que es el
estancamiento profesional que sufren las mujeres en las empresas. En realidad,
el techo de cristal es una barrera invisible que impide a las mujeres progresar
en su carrera profesional y dejar de evolucionar, aun estando más cualificadas
que sus compañeros masculinos.
Por todas estas razones, es imprescindible llevar a cabo en todos
los organismos medidas para la desigualdad de género en el trabajo. Establecer
políticas claras y justas no solo mejora el ambiente de trabajo, sino que
también potencia la productividad y la satisfacción del personal, contribuyendo
al éxito general de la organización.
En mi opinión, existe una falta de análisis en la política
retributiva, donde las empresas y organismos en general deberían aplicar el
principio de transparencia salarial, proporcionando información clara sobre la determinación
de los salarios, con el objetivo principal de detectar discriminaciones
principalmente causadas por no evaluar correctamente los puestos de trabajo. Esta
es básicamente la causa de recibir un salario menor por la realización de un
trabajo de igual valor sin una justificación objetiva.